jueves, 30 de octubre de 2014

HACIENDO EL RIDÍCULO

Hay ciertas ridiculeces que deben ser dichas, y para eso existe el filósofo. Al menos Platón declara literalmente, del modo más formal y en la coyuntura más solemne, que el filósofo tiene una misión de ridiculez. (Véase el diálogo Parménides). No creamos que es cosa tan fácil cumplirla. Requiere una especie de coraje que frecuentemente ha faltado a los grandes guerreros y a los más atroces revolucionarios. Estos y aquellos han solido ser gente bastante vanidosa y se les encogía el ombligo cuando se trataba, simplemente, de quedar en ridículo.
JOSÉ ORTEGA Y GASSET

Efectivamente, la libertad de expresión facilita que muchos acabemos haciendo el ridículo.
Pero, como recuerda el filósofo, para hacer el ridículo hay que tener un par…

2 comentarios:

  1. Sin embargo en la actualidad, cualquier sujeto o sujeta hace el ridículo sin ningún pudor y lo que es peor sin ser consciente de ello y con el aplauso de la "masa". Saludos.

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    1. El mérito no está en hacer el ridículo, sino en no tenerle miedo. Que aquí, queriendo ser finos, acabamos convirtiéndonos en más cursis que un repollo con lazos (que diría Baroja).

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