El ser humano, considerado como persona, está situado por encima
de cualquier precio, porque, como tal, no puede valorarse sólo como medio para
fines ajenos, sino como fin en sí mismo…
INMANUEL
KANT
Este
acertado comentario es de un filósofo que vivió en el siglo
XVIII, va para trescientos años. Sin embargo, hoy en día hay mucha gente que
no lo conoce.
Al
volver de vacaciones pude comprobar que algunas hernias complejas de personas
con las que me había comprometido, habían sido tratadas
por algunos estimados compañeros a través de los llamados autoconciertos.
Esas personas sirvieron para que unos consiguieran sobresueldos, y para que
otros pudieran cuadrar sus índices. El fin, que era el de ofrecerles
asistencia
especializada, fue algo secundario. Situación del todo inmoral,
porque los pacientes no fueron informados, y no pudieron elegir.
El que fracase
la cirugía herniaria sólo supone la aparición de una recidiva.
Eso sale carísimo ya que, además de que hay que empezar de nuevo todo el
proceso, la nueva reparación es mucho más compleja. Pero como no aboca
directamente a la muerte, permite que se pueda realizar por cualquier cirujano, sin
demasiados inconvenientes.
En este
sistema
sanitario que soportamos, el que un facultativo haya conseguido rebajar
la lista de espera de varios años a sólo meses, que haya sido capaz de ofertar
tratamientos complejos y resolver hernias difíciles exitosamente, que
sea invitado a participar activamente en foros nacionales e
internacionales sobre su especialidad, que intente racionalizar el uso de prótesis en
su hospital, todo ello le sirve para ser gratificado con faltas de respeto a él mismo y a sus pacientes, que tenga que operar en quirófanos de desecho, que
haya de estar más solo que la una, y tener que aguantar las impertinencias
de alguna supervisora entrometida. Pero aun así, masocas, mantenemos la ilusión
y las ganas de ofrecer lo mejor, al igual que el primer día.
Muchos
pacientes de hernia pueden ser bien operados por cualquier cirujano
más o menos experto. Son pacientes que hoy se remiten a hospitales
apropiados para ello. Pero aquellos herniados que llegan a un hospital
terciario, tienen hernias complejas o enfermedades
concomitantes que requieren asistencia especializada. Así que,
en mi opinión, no deben ser operados en ese tipo de autoconciertos,
sino en una Unidad especializada.
Por
ello, médicos y pacientes: ¡Tengamos cuidado con los autoconciertos!
Decía Pio Cabanillas que en política hay enemigos pequeños, medianos, grandes y compañeros de partido. En la sanidad en general y en los hospitales en particular ocurre algo parecido. Me viene a la cabeza un jefe de servicio de un Hospital que creo que usted conoce, que es como el caballo de Atila, por donde pasa no vuelve a crecer la hierba, más que nada porque ha conseguido que excelentes profesionales hayan tenido que irse de su servicio, porque era simplemente inaguantable el acaso al que los sometía. Me alegro que en su Hospital aún haya gente que tenga las agallas o como usted quiera decirlo de llamar a las cosas por su nombre.Saludos.
ResponderEliminarEl organigrama de los “servicios jerarquizados” de los hospitales públicos españoles es una reliquia del franquismo. Cuando se crearon, los jefes de servicio se eligieron entre los llamados “falangistas valerosos”; éstos fueron sucedidos por sus discípulos; y ahora los dirigen los discípulos de los discípulos, la mayoría provenientes del mundo de la política de uno u otro partido (que en ambos pululan los hijos de los falangistas valerosos). Por ello, muchos de los mejores profesionales (de los que no tuvieron afán de mando) siempre dijeron que su peor enemigo profesional había sido su jefe de servicio (por celos, complejos, etcétera).
EliminarLo que usted dijo sobre el caballo de Atila en mi hospital puede ser aplicado a cualquier servicio. La endogamia familiar, la política y los grupos masónicos han espantado a los mejores profesionales de todas las especialidades.
Pero a lo que yo me refería en mi comentario no afecta, casualmente, de forma directa a mi jefe de servicio, puesto que éste estaba de vacaciones cuando sucedió el hecho. Parece que va más con lo que refería Pio Cabanillas.
Un abrazo
En mi Hospital, que como otro cualquiera también podría ser el suyo (je,je), le podría hablar del jefe de mi anterior servicio, persona correcta en el trato y con la que nunca tuve el menor problema, pero a la que le resultaba indiferente su servicio y todo lo relacionado con él, importándole mucho más su actividad en la privada. Esta circunstancia me parece muy respetable, la pregunta que una mente tan simple como yo siempre se ha hecho es por qué no renunciaba a su jefatura, bueno la pregunta es por supuesto retórica. Mientras en aquel servicio como en otros de ese mismo Hospital y de otros, volaban los cuchillos, navajas, hachas y demás objetos punzantes (tradición por otro lado muy habitual en estos lares sanitarios), entre meapilas opusianos y ugeteros amargados, en fin minicosmos de nuestra perra España.
EliminarCODA:muy bueno lo de "falangistas valerosos" aunque en esto, también con excepciones opino lo mismo que del "Islam moderado" si es Islam no es moderado y si es moderado no es Islam. Un abrazo.