¡VIVA LA MUERTE!

Los actuales dirigentes políticos, cobardes peperos, se han creído que acatando lo de Estrasburgo la ETA ya no les matará. Se han sometido a la banda asesina (al igual que hicieron sus predecesores) para salvaguardarse ellos solos. Les ha importado un rábano la seguridad del resto de la gente, y dos rábanos la dignidad de las víctimas. No han sido capaces de medir que si a los ciudadanos de a pie les da por colgarles, con hacerlo con uno de ellos, los demás les iban a salir gratis. Así que la seguridad que han conseguido es relativa: ahora tienen más enemigos.

Tampoco han calculado que si las víctimas del terrorismo contrataran sicarios para ajusticiar a los terroristas, sólo necesitarían financiación para el primer cadáver: sería baratísimo. Y parece, según sus declaraciones, que a algunas asociaciones de víctimas les está tentando la idea.

Si a algún ciudadano justo y demócrata se le ocurriera disparar con una ametralladora a la chusma vasconganda partidaria de los asesinos (cada día más numerosa), sólo se le podría condenar por el primer muerto.

No, no me he vuelto loco. Analizo posibles frutos de la resolución de los melifluos togados del tribunal ¿europeo? de ¿derechos humanos? Resolución que únicamente pretende crear un clima de división, de injusticia, guerracivilista, para que nuestro país acabe de hundirse. Así, las oligarquías dominantes se harán los amos más fácilmente.

No saben con quien han topado. España perteneció en la antigüedad a la Europa original, a la civilizada, a la mediterránea. en la Edad Media fue capaz de impedir que el Islam conquistara a los bárbaros dominantes hoy. Durante el renacimiento defendió a los pueblos civilizados de su vecindad contra los turcos en Lepanto. Y, más recientemente, fuimos los primeros en humillar a Napoleón en Bailen, comenzando su decadencia. Pero todo eso, nunca nos lo perdonarán los salvajes de Centroeuropa.

Padecemos una calamitosa democracia, pero es nuestra, nos la dimos nosotros, todos los españoles. Unos bárbaros votaron mayoritariamente a Hítler, otros se lo tragaron con alegría. Y si no hubiera sido por los USA, aun estarían todos a sus órdenes.

En Europa no nos quieren. No perdamos más el tiempo, no toleremos más humillaciones. ¡Salgamos de allí!