Las peores
dictaduras no sólo se cimentan sobre el terror público y la omnisciencia
policial, sino también, y en gran medida, sobre el envilecimiento moral de la
ciudadanía que, por cobardía política o porque es muy fácil acostumbrarse al
terror a condición de que sean otros los que lo padezcan, pacta su ceguera, su
sordera.
FERNANDO GARCÍA DE CORTAZAR “Los perdedores de la
Historia de España”
No es un honor para nadie ser un maldito. Pero anteponer las
propias dignidad y honestidad a los intereses de cualquier pelanas, es una
indecencia.
No somos viles ciudadanos. Vivimos en un país libre. No
callemos ante las infamias de cualquier miserable. Si callamos, otorgamos
patente para que nos la metan por todos y cada uno de nuestros agujeros.
¡No tengamos miedo! Los bacalaos somos mucho más numerosos que los tiburones.
¡No tengamos miedo! Los bacalaos somos mucho más numerosos que los tiburones.
Permítame discrepar con usted, en España hay pocos bacalaos, unos pocos más tiburones, pero sobre todo hienas, arriba, en el medio y abajo. No tiene más que ver las encuestas electorales, y las audiencias televisivas. Uno es un optimista patológico arrollado por la cruda realidad. Saludos.
ResponderEliminarBueno, lo mío es una generalización. Yo creo que sí hay más bacalaos. Lo que pasa es que los tiburones muerden y los bacalaos se dedican a hacer el gilipollas pero, indudablemente, son más numerosos. Lo que quería proponer es que los bacalaos dejaran de hacer el imbécil y se propusieran comerse a los tiburones. Lo cual, como usted bien dice, no deja de ser una idea de optimista patológico.
ResponderEliminarSaludos de nuevo.
Si la ciudadanía supiese comportarse siempre con responsabilidad, las actitudes dictatoriales tendrán mucho menos fundamento. Pero ante la dejadez y falta de educación cívica, a veces dan ganas de aplaudir a quienes imponen el orden, aunque sea utilizando medios poco democráticos.
ResponderEliminarYo creo que la dejadez y falta de educación cívica actuales son la consecuencia de actitudes antidemocráticas de los ideólogos de algunos partidos, encaminadas a conseguir que el ciudadano acabe convirtiéndose en un estúpido manipulable.
EliminarTambién pienso que imponer el orden no es una actitud antidemocrática. Posiblemente sea todo lo contrario. Al fin y al cabo ello iba a favorecer a la mayoría. Son mucho más antidemocráticas las actitudes habituales de muchos políticos (o de los directivos y gestores a los que promocionan), incluido el latrocinio.
Es que todo es relativo. Gracias por sus comentarios.