jueves, 27 de marzo de 2014

PROMESAS

... El Partido Comunista nunca será legalizado. Vosotros me conocéis bien. Yo también soy hombre de lealtades. Sabéis de donde vengo y éste es mi firme compromiso. Tenéis mi palabra de honor...
A. SUÁREZ

Suárez, democratizador de la derecha española (la izquierda no fue capaz de dejar el marxismo hasta unos años después), legalizó el PC a los dos días de haber hecho su solemne promesa. Y las urnas nos mostraron el escaso arraigo del comunismo entre los españoles.
Según Aristóteles, la política es el arte de lo posible. Suárez tuvo los santos cojones de mentir a los rancios elementos del antiguo Poder. Sólo se podía actuar así. Por ello, el tahúr del Guadalquivir (hermano de Juan Guerra, un tal Alfonso) le tildó de “tahúr del Misisipi”.
Aquel engaño, que fue un medio justificado por el fin, le maldijo para siempre. Pero lo peor es que la ciudadanía siguió confiando y consintiendo a los políticos prometedores de lo imposible, faltones a sus compromisos, sin palabra y sin honor. Así llevamos casi 40 años.
A Suárez le zahirieron sus colegas y sus oponentes. Su Real amigo se lo sacudió tramando el 23F. Todo lo vivido, junto a su tragedia familiar, le secó el alma hace años. Por fin le llegó su Paz.

4 comentarios:

  1. Permítame discrepar un poco, en que Suarez fue el democratizador de la derecha española, creo que dentro de la "empanada mental ideológica" que tenía propia de cierto socialismo falangista, lógica por otra parte, predominaba más bien ciertos rasgos izquierdistas que otros aspectos. Aunque pienso que el podría haber representado precisamente a un tipo de izquierda, más centrada, pero sobre todo nacional. Le reconozco su valía para pilotar la transición, eso sí, con guión de don Torcuato Fernández Miranda (el gran olvidado) y por supuesto su dignidad el 23F. Por lo menos fue un patriota que visto lo visto, en nuestra fauna política en general y en los presidentes de gobierno españoles en particular, es ya mucho. Saludos.

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  2. Lo que quise decir es que Suárez democratizó el franquismo, aunque ni él ni nadie sabía de qué lado estaba (al final, porque en sus principios estaba bien claro). La dictadura sirvió de formación a muchos políticos de la actual izquierda. Y, genéticamente, tantos falangistas hay entre los padres de los actuales miembros del PP como entre los del PSOE. Pero admitimos que el antiguo régimen fue antecesor natural de la derecha española actual.
    El franquismo se democratizó gracias a las confabulaciones del olvidado Torcuato (por cierto, el primero que lo olvidó fue Suárez, que no fue ni a su funeral). Sin embargo, mientras se votaba la Ley de la reforma Política, PSOE y PC seguían siendo marxistas, es decir, no democráticos. El PSOE se “democratizó” en congreso celebrado tres años más tarde. Y el PC sigue en su línea, ahora con el Willi Toledo). Así que podríamos decir que la derecha española de hoy, incluido el franquismo, tiene una tradición democrática más larga que la de la izquierda.
    De todas formas, en mis casi 60 años de vida, los únicos gobiernos verdaderamente de izquierda que he conocido fueron los gobiernos de Franco. Pero ese sería otro tema a discutir.
    Saludos.

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  3. Lorenzo= Laurenws.2 de abril de 2014, 10:30

    En este momento se necesita tener una fuentes cercanas a distintos partidos politicos,para intentar relacionar varios argumentos sostenibles que ayudaran a dar luz a esa nebulosa del 23F.Como a varias opiniones expuestas,me encuentro con la eterna duda de la verdad. Las opiniones del periodista Fernando Onega,que lanza en su libro: Puedo prometer y prometo,me han ayudado algo a conocer cosas de Suarez desconocidas por mi;Como por ejemplo que renunció a su sueldo como expresidente (Caso rarisimo en las clases politicas de este Pais;como las escasas dimisiones de cargos,como la de Asunción).A mi me cayó bien Suarez,despues,con todo lo que le atacaban todos,me deje llevar y tambien le critique;El tiempo me hizo reflexionar,para agradecer sus acciones democraticas apoyadas por su real amigo y Torcuato.Le estoy eternamente agradecido.

    Un saludo cordial Vicente.

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    1. Todas las fuentes indican que el 23F no fue un golpe de Estado. Fue un golpe del Jefe del Estado y su camarilla con no se sabe qué intención (la Zarzuela no estuvo incomunicada durante los sucesos, como señala cualquier “manual del golpe de estado”, incluido el de Mortadelo y Filemón, sino que tuvo las mejores comunicaciones de toda su historia).
      A Suárez debemos reconocerle que hizo lo que pudo y lo que le dejaron. Pero no estuvo todo bien, ni mucho menos. El empastre autonómico independentista que sufrimos hoy se lo debemos a él. A los pactos de la Moncloa, ese contubernio en que todos cedieron para poder mangonear. A los nacionalistas provincianos había que limitarlos desde el primer momento porque su intención siempre fue la de destruir España.
      De aquellos polvos vienen estos lodos. Probablemente la demencia para Suárez fue providencial. Vivió sus últimos años sin saber la catástrofe estatal que sufre España heredada de su política. Entre unas cosas y otras, ya había sufrido bastante.

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