viernes, 15 de marzo de 2013

LAS FALLAS


Llegaron las fallas, fiesta característica de los valencianos: damos a la obra la trascendencia justa, y la quemamos, y volvemos al principio, sin mayor importancia. Fiesta completa. De arte y artesanía. Escultura, pintura, música, indumentaria, pirotecnia, y más. Gran espectáculo, organizado por el pueblo, por la Comisión. Cuando participan intelectuales, la falla es un fiasco.
Habrá que aguantar a la Comisión. Plantan la falla y meten carpa (habitualmente vacía) para tomar la calle. Los churumbeles tiran petardos, sin cadencia ni armonía, volviendo loco al vecindario. Y al cotizante, que financia mascletás con sus impuestos, y la pensión de muchos falleros, le reducen vacaciones para que no pueda huir.
Fallera mayor, presidente de la falla y demás figurones, se sienten reyes del mambo durante diez días.  Satisfechos con ello, no irán de diputados, ni de concejales, ni de cabecillas en servicios de la administración. Porque entonces, habría que padecerles durante todo el año.

2 comentarios:

  1. La cosa más tonta del mundo son las fallas. Días soportando lo insoportable: maleducados haciendo ruido con los dichosos petarditos, críos gritones, verbenas de borrachos, tarados que te sueltan un masclet en las barbas...Por no hablar de las muchas veces horrorosas moles de las fallas, modernos tótems sin sentido que suponen un gasto irracional. Está claro que fomentan el turismo y también deben lavar mucho dinero negro, digo yo.

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  2. La cosa podría tener arreglo si se organizara bien. Pero entonces los políticos deberían enfrentarse a las hordas. Y eso les haría perder votos. Ya sólo les quedaría meterse a falleros.

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