viernes, 15 de noviembre de 2013

PAJARITOS PATRIÓTICOS

… El profesor de histología era un tal Llombart, valenciano. Sustituía a Tello (el sucesor de Cajal, despojado de la cátedra y de la dirección del instituto Cajal). Llombart era un profesor mediocre, pero cumplidor, preparaba sus clases y destacaba sobre todo por su infinita cursilería. Un día entró en el aula diez minutos después de la hora debida y se excusó porque venía de la vecina estación de Atocha:
- Perdonen ustedes que haya llegado algo tarde. No es mi costumbre, como saben. Pero he ido a esperar a la estación a una madre española con cinco pajaritos, que es mi señora.
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... En cierta ocasión, Zamorano y Arteta hablaban con Llombart acerca de algo relacionado con la histología del sistema nervioso. Llombart, al parecer, mostraba un total desconocimiento sobre el asunto. Yo estaba muy cerca de ellos, a la entrada del laboratorio de prácticas. Llombart se excusó:
- Yo en neurohistología tengo verdaderas lagunas.
Arteta, que no se caracterizaba por la ironía sino por un sarcasmo cruel, le respondió:
- Más que de lagunas, lo que tiene se podría calificar de verdaderos océanos.
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... A pesar de mi ignorancia del verdadero mecanismo de una oposición a cátedras, me di cuenta de que funcionaba de una manera preconcebida. El discípulo de Tello (sucesor de Cajal) presentó trabajos de investigación sobre histología del cerebelo de primerísimo orden, pero en la trinca del tribunal no se refirieron a ellos sino a sus actividades con Tello, con insinuaciones a su desafección al glorioso Movimiento Nacional. Al final obtuvieron cátedra Sánchez Lucas –un brillante conocedor de la disciplina–, Llombart (al que habían vapuleado sobre su fraudulento currículum, por la publicación del mismo trabajo en distintas revistas, aunque con distinto título) y aquel Carrato con el que días antes habíamos disfrutado gracias a su congénita memez. Al finalizar el acto Enríquez de Salamanca, presidente del tribunal, pronunció las siguientes palabras: Día de gozo hoy para la universidad española. Estos tres nuevos catedráticos, más que eminentes histólogos y anatomopatólogos, son grandes católicos y grandes patriotas…
CARLOS CASTILLA DEL PINO (“Pretérito imperfecto”)


Tal como nos relata el psiquiatra y escritor Castilla del Pino, se necesita desfachatez para, confesando no tener ni pajolera idea en neurohistología, ocupar (gracias a la selección política) un puesto desempeñado previamente por Ramón y Cajal (el padre de dicha ciencia). Nos lo creemos porque unos años después tuvimos que soportar al susodicho que, con todo cinismo, tenía la desfachatez de presumir de “discípulo de Cajal”.
La Universidad Española ha estado llena de espantajos, con dictaduras y democracias, con repúblicas y monarquías. Y ahora mismo está igual o peor. Ahí tenemos a la Complutense, con un rector cuyo mayor mérito es ser el hijo de un sanguinario criminal de guerra.
Y en lo político y social seguimos inmersos en los mismos océanos. Ahora a la Sanidad valenciana le toca soportar a un patriótico pajarito que un día nos jubila y al otro nos deja de jubilar. Que nos impone los algoritmos en programas de prescripción de fármacos (programas infumables adquiridos a través de la mediación de varios mafiosos del partido). Que nos hipoteca a los contrabandistas testaferros de la Cospe. Y que nos impone índices burocráticos indecentes.

¡Vamos aviados!

2 comentarios:

  1. Como dijo el otro día el maestro Julio Anguita, si el franquismo fue una fábrica de comunistas, considerando como tal a cualquiera que no pensase como la mayoría, en la actualidad nuestra democracia de carton-piedra es una máquina de fascistas, llamando así a quienes son políticamente incorrectos o no comulgan con la mayoría borreguil. Como siempre saludos.

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    1. Anguita se refería al maniqueísmo, ese vicio tan anticultural y tan extendido por nuestra tierra.
      Yo, con esta parrafada de un conocido escritor, quería señalar la poca vergüenza manifestada por el abuelo, y el carácter hereditario de esa falta de escrúpulos que nos depara actualmente el nieto.
      Para muestra, esa multinacional de suministros que nos quería embutir sus productos (prótesis biológicas) afirmado que en el IVO se implantaban de forma sistemática en todas las operaciones (hernias). Si no estaban indicadas más que en algunos casos concretos, y su precio era diez veces superior al de las prótesis convencionales, ¿por qué se colocaban?. Y, el director de dicho centro, ¿por qué lo consentía?, ¿porque chupaba del bote o porque era un incompetente?. Y a mí me gustaría saber cual de ambos “méritos” le ha llevado a ocupar la máxima responsabilidad en la Sanidad valenciana.
      Gracias por sus comentarios.

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