viernes, 15 de febrero de 2013

AQUEL “SABIO”


Octubre 1971, aula 2, Facultad de Medicina, Valencia. Con 16 años, junto a otros mil jóvenes, me estreno de universitario. Primera clase, cuatro de la tarde: agradable profesora, Química Médica.

A las cinco, bienvenida del tutor, anciano profesor de aspecto apacible. Falsa apariencia, pues pronto constata su mala sombra. Nos larga lúgubre diatriba, incluida amenaza de disfrutar con que muchos de nosotros no terminemos la carrera: tiene varios cursos para conseguirlo. Infame discurso, pero fue un estímulo para empollar e impedir los propósitos del viejo imbécil.

Quedaron recuerdos de maestros de la época. Pero de aquel cátedro, de los de oposición patriótica, con aval de afecto al Régimen y jura de Principios Fundamentales del Movimiento, casi nada.

La comunidad académica lo tenga en su gloria, y Dios donde le quepa. Hoy, nuestra preocupación es conocer si, en el ámbito doméstico, su magisterio trascendió tan poco como en el universitario. Porque si no, vamos todos aviados.

2 comentarios:

  1. Si los cretinos volaran no se vería el Sol. Pero mucho peor es que este difunto idiota fuera formador de jóvenes.

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    1. Afortunadamente nuestra formación personal no dependió de esa gente. La preocupación es que sus genes hayan tenido dominancia a través de su descendencia. Porque si es así, la Sanidad valenciana lo tiene claro.

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