En casi
todas las ciudades de España (y más si se trata de una localidad de alguna
importancia) la Inquisición cuenta con soplones o informadores para su pérfida
labor de espionaje. Los tales se dedican a enredar a los inocentes y
desprevenidos, y debemos huir de ellos como de una serpiente de cascabel, con
la diferencia de que la naturaleza no los ha señalado tan oportunamente como a aquella, con la campanilla para avisar del peligro…
DANIEL DEFOE (La vida del capitán Singleton)
Abolida ya la inquisición, queda entre nosotros ese espíritu de los
asquerosos maquinadores que se dedican a enredar en las corporaciones para
buscar la inquina entre la gente y meter cizaña. Y, aunque no llevan el
cascabel, sí se les aprecia su actitud de serpiente. La incompetencia de muchos
dirigentes surgidos de corporativismos (político o de otro tipo) les hace manejables fácilmente por
esos reptiles, y así se dejan influenciar por ellos.
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