Es Navidad, fiesta antigua. Fiesta en la que la gente pone voluntad de no disfrutar jodiendo al vecino. De no envidiar al de enfrente. De no criticar al amigo cuando no está. De no ponerle la zancadilla al compañero. De no ofender al que está debajo. Vamos, que hacemos el firme propósito de dejar de comportarnos como un atajo de cabrones… por un día, únicamente...
Bueno pues, aunque sólo sea por un día, vale la pena. Incluso teniendo que cenar con el pelma del cuñado, o comer aguantando a los insoportables sobrinitos.
Seguimos imbuidos en la España de siempre: políticos chorizos, directivos inútiles, empresarios ladrones, trabajadores cabreados, y un país arruinado. Así que necesitaremos prolongar el duende navideño una temporadita. O nos iremos todos a hacer puñetas...
cierto amigo mio y para mas inri el bochornoso panorama de nos dan todos los dias
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