En
España es infante aquel a quien le intitula el que reina: lo hizo con sus hijos,
con los nietos engendrados por el sucesor, además de con sus hermanas, y con un
primo lejano.
Pues
esa infanta lista, espabilada, arrogante y estirada, seguramente sufre por las
dificultades emanadas de la consanguinidad (grave problema que, afectando a sus
antepasados, determinó que España pasara de ser un imperio a ser una mierda).
Resulta que, a pesar de haber conseguido licenciarse en la universidad y colocarse
en una importante empresa privada, no tenía ni idea de por qué su marido saqueaba
la hacienda pública, siendo como era causa y beneficiaria del expolio.
Si lo
que dice la tal borbónica es verdad, habría que retirarle el título de infanta,
por boba. Y si, como parece, miente como bellaca, también. Si quiere usar tratamiento
nobiliario que emplee el de Sota de Oros, también llamada PEREJILA en algún
juego de naipes.
Bueno la augusta tatarabuela del Borbón reinante, tuvo a bien congraciarse de forma más que íntima con gran parte de la oficialidad militar de la época. De aquellos polvos vienen estos lodos. Saludos.
ResponderEliminarParece ser que, gracias a los susodichos polvos de la tatarabuela (y los de su madre, Cristina) se consiguió mejorar algo la raza borbónica.
ResponderEliminarPor cierto, en aquella época, el primer mafioso de España era el duque de Riánsares (segundo marido de Cristina y padrastro, quizás padre, de la Isabel) que mangoneó lo que pudo, junto a un tal Heredia. A lado de aquellos, Urdangarín y Torres son unas hermanitas de la Caridad.
Así que esta "Perejila", llamándose Cristina, estaba predestinada a parecerse a su antepasada.