En cualquier rincón te puedes encontrar con un Káiser
Guillermo II…
BERTOLT BRECHT
Pues sí. Hay
gente de poco seso que cuando obtiene un ápice de Poder, se lo cree hasta el
punto de ejercerlo como si fueran emperadores germánicos.
Vemos en nuestro
ámbito que, junto a buenos gestores, actúan supervisores de recursos humanos que
dirigen a los trabajadores con técnicas propias de los sargentos chusqueros de
la Remonta, y cabrean a todos los estamentos.
Eso es lo peor
que puede pasar en cualquier empresa: si los empleados no se sienten respetados,
dejan de contribuir al esfuerzo colectivo, ya sea en un hospital o en una
fábrica de coches, llevándola al desastre.
Lo que más
rentabilidad da a una corporación es que sus trabajadores estén satisfechos.
Por ello, tenemos la obligación de sacudirnos a esos káiseres. Porque si no,
ellos hundirán nuestro mundo laboral.
Hay algunos, incluso bastantes, que se merecen un kaiser, aunque sólo séa porque lo han elegido.Saludos.
ResponderEliminarHoy en día, los que consiguen cargos mediante elecciones procuran disimular sus actitudes intransigentes porque tienen miedo a hacerse impopulares (y no ser reelegidos). Para ello aplican la táctica borbónica de utilizar a sus cortesanos (así lo hace el último borbón, desde su conocida charlotada de 1981, en que sacrificó a sus generales más leales; o recientemente, a través de la feladora y testaferro en sus cohechos). Pero pronto o tarde, a todos se les ve el plumero.
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