jueves, 6 de junio de 2013

ECOLOGISTAS-ECOLOJETAS

Hace setenta años el 60% de la población mundial padecía hambre. Entre ellos estaban nuestros padres y abuelos. Hoy, gracias a la tecnología agrícola (herbicidas, plaguicidas, abonos, transgénicos, conservantes y aditivos), los hambrientos son sólo un 15%: más o menos unos 800 millones de personas. En el umbral de la pobreza hay muchos más, pero comen.
Sin embargo, gente fútil busca alimentos “ecológicos”. Productos que no existen. Los del campo saben que sin “ayudas”, la agricultura y la conservación de alimentos son imposibles. Los “alimentos ecológicos” son una estafa, marketing para cándidos.
Las leyes nos deben proteger de envenenadores. Pero, mientras quede hambre y pobreza, la neura “ecológica” es inmoral. Sólo nos devuelve a la miseria y al totalitarismo. Los “inmortales” ecológicos deben asumir que moriremos, con y sin aditivos.

Alabemos el sentimiento de conservación del medio ambiente. Pero el que hace caja con ese sentimiento no es ecologista: es un “ecolo-jeta”.

2 comentarios:

  1. Al respecto de esta fiebre "ecolo-jeta", como usted la llama, me resulta especialmente ofensivo para una inteligencia aunque sea media tirando a baja, el ir, por ejemplo, a una "famosa" tienda de productos ecológicos, con varias tiendas en Valencia, especialmente por el centro., y verte a simples empleadas, con todo mis respetos, dando información sobre determinados productos, como si fueran farmaceúticas.En fin como decía, Carlos Marx, "la vida siempre se repite primero como tragedia y después como farsa".Saludos

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    1. Yo también he acudido alguna vez a esa tienda a la que usted se refiere. Tiene algún producto interesante, como hierbas o condimentos (al fin y al cabo es una herboristería). Reconozco que me da reparo que me vean allí dentro y me tomen por un pirado de los que asiduamente pasan por allí.
      En una ocasión yo también detecté que los empleados daban consejos como si fueran médicos o farmacéuticos. Fui a preguntarles cómo se atrevían a ello. Y sí, me confirmaron que eran farmacéuticos titulados. Hasta ese punto llega el negocio.
      Supongo que usted y yo estaremos de acuerdo en que los productos (vinos y jamones) que hay en la tienda de la esquina de la misma calle en la que está la herboristería ecológica, son mucho más saludables.

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