Es Navidad, fiesta antigua.
Fiesta en la que la gente pone voluntad de no disfrutar jodiendo al vecino. De
no envidiar al de enfrente. De no criticar al amigo cuando no está. De no
ponerle la zancadilla al compañero. De no ofender al que está debajo. Vamos, que
hacemos el firme propósito de dejar de comportarnos como un atajo de cabrones…
por un día.
Bueno pues, aunque sólo sea
por un día, vale la pena. Incluso teniendo que cenar con el pelma del cuñado, o
comer aguantando a los insoportables sobrinitos.
Y este año 2013, que nos llega
imbuido en el espíritu que había en la España de hace 77 años: políticos chorizos,
directivos inútiles, empresarios ladrones, trabajadores cabreados, y un país
arruinado. Así que necesitaremos prolongar el duende navideño una temporadita.
O nos iremos todos a hacer puñetas (como pasó hace 77 años).
¡Ah!, visitad el Puente de las
Flores. Precioso, con sus flores de pascua. Así despilfarra doña Rita el dinero
sustraído de nuestras pagas extra.
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