Desde los orígenes de nuestra cultura, allá en Persia y Egipto, se reconocen dos tipos de sociedades: las COOPERATIVAS y las CONFRONTATIVAS.
Las sociedades COOPERATIVAS propugnan ayudar al vecino, incluso siendo el enemigo, generan retroalimentación, y han conseguido las más altas cotas de desarrollo.
Sin embargo, muchas sociedades CONFRONTATIVAS aun permanecen en la Edad de Piedra, tal como las africanas. O las islámicas en las que la interpretación de su libro sagrado (progresista cuando se escribió) por las tribus del desierto, ha anclado a muchos países en la Edad Media.
En España, el nacionalismo tribal quiere convertir a las regiones donde prevalece, en las almorranas de Europa. Pero desde Barcelona, ciudad que siempre estuvo a la vanguardia de la modernidad, ya han comenzado a pararle los pies a esas hordas de aldeanos.
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