domingo, 17 de junio de 2018

PERRO NO COME PERRO (o el contubernio entre los políticos)


Al político le gusta pelearse teatralmente con su oponente. Pero todos están muy avenidos en su fin principal: expoliar al ciudadano. Ayudados por los poderes fácticos económicos, confabulan para expoliar la riqueza que generan sus gobernados.

La economía criminal domina el mundo de hoy. En los paraísos fiscales esconden su botín todo tipo de delincuentes: cárteles de la droga, nuevos negreros traficantes de personas (mujeres, emigrantes), señores de la guerra y quienes les venden armas, y demás delincuentes. El político es coleguilla de esa gentuza con la que se alía, constituyendo una simbiosis que, por encima del ciudadano organizan chanchullos mutuos.

A Zapatero se le ordenó colaborar en la organización de una crisis económica con intención de que la gente perdiera el trabajo y entrara en la miseria. Tras él, la derecha elaboró la correspondiente recuperación, la gente debe conformarse con un empleo y sueldo de mierda volviendo a la esclavitud. El ciclo se cierra, siguen ganando los mismos: empresarios, especuladores, bancos y demás traficantes de dinero.

No es extraño que en privado, y a veces en público, los gerifaltes de un partido alaben y protejan a los prebostes de otro. Porque todos están en el mismo bando.

Porque ¡PERRO NO COME PERRO!

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