Tras
someter a un grupo de voluntarios a diversos ruidos, como un martillo
neumático, el vuelo rasante de un avión, una conversación entre adultos o el
llanto de un bebé, entre otros, los voluntarios que escuchaban gritos,
balbuceos y llantos de bebé resultaron más incompetentes a la hora de
resolver problemas matemáticos. En concreto, el gimoteo de los infantes de
entre dos y cuatro años es el ruido más perturbador para los oyentes, ya sean
hombres o mujeres, tengan hijos o no.
R. CHANGY y N. THOMSOM
No sólo la madre humana cuida a
sus crías: todos respondemos a su llanto. Sin embargo, debido a la falta de
respeto que impera, los profesionales de hospitales, juzgados o cualquier
oficina pública deben desempeñar sus funciones soportando el vocerío de gentuza
maleducada o los llantos de bebés cuyos padres, no dudando en abandonarlos durante
el fin de semana para irse de fiesta, necesitan traerlos a cualquier sala de
espera.
Y nadie hay capaz de evitar la
tortura que supone trabajar los asuntos de los demás bajo el influjo del
griteríos salvajes.
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