sábado, 27 de febrero de 2016

LAS HIJAS DE LAS PORTERAS

Durante el s. XX, la portera fue figura característica en todo edificio. Venían del pueblo, emigrando a la ciudad con su familia. En la portería tenían vivienda. A cambio de casa, la mujer se ocupaba del mantenimiento de la finca. Gente valiente y emprendedora en busca de mejorar. El marido encontraba trabajo en fábricas o servicios. Con los ahorros y lo que sacaban de vender propiedades del pueblo acababan comprándose un pisito a plazos, donde se mudaban finalizando felizmente su aventura.
Era gente que consideraba primordial educar a los hijos. Viviendo en ciudades, muchos descendientes de aquellas porteras alcanzaron el máximo grado universitario.
El tiempo y los abusos se las llevó para siempre. Pero ese carácter permanece en las hijas, que hoy destacan en muchos ámbitos profesionales. Éstas hicieron algo importante: aprovechar las oportunidades que se les dio. Pero fueron aquellas porteras, sus madres, las que obraron lo principal. Hoy son modelo de mujer trabajadora.

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