Hay, en el universo, dos clases de
seres: los corpóreos y los esenciales. Nosotros, que vivimos en este mundo, somos
los corpóreos. Pero las sociedades fabricaron su creencia hacia los seres
esenciales cuya función es la de cuidar de los desamparados seres corpóreos. Son
los troles, duendes, meigas. O santos, vírgenes y ángeles de la guarda.
Son cuatro las especies que existen de
seres esenciales: positivos, negativos, ambivalentes y neutros. Quien es protegido
por un ser esencial neutro no causa efectos a quien le rodea. Pero los que lo
son por uno negativo, serán protegidos atacando a quienes se le acercan: se
convierten en gafes, y son peligrosísimos para todos. Aquellos cuyo ser es positivo
se convierten en talismanes, dan buena suerte, y consiguen anular a los gafes.
Los ambivalentes pueden convertir a su protegido en gafe o manzanillo, según el
ambiente.
Así que, cuidado a quién nos
arrimamos. Que hoy hay mucho malasombra suelto cautivando al gentío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario