No
está muerto quien se indigna, quien lamenta su desdicha, quien siente hervir en
su corazón la sangre con tumultos de indignación por lo pasado: los verdaderos
muertos son los que callan, los que aceptan filosóficamente sus desgracias, los
que carecen ya hasta de fuerza para sentirlas.
SANTIAGO RAMÓN Y CAJAL
Pues yo creo que en la España de hoy estamos
rodeados de un sinnúmero de muertos vivientes. Hay demasiada gente que se
calla. Unos por apatía. Otros por cobardía. Y los más “para ver si los demás se
mueven y yo me aprovecho, pero que las hostias se las den al otro”.
Y así, los muy vivos seguirán sacando tajada.
Y así, los muy vivos seguirán sacando tajada.