El problema que tiene utilizar
o contratar amigos es que inevitablemente limitará el poder de quien lo
contrata. El amigo raramente será el más capaz de ayudarle; y al final, la
habilidad y la eficacia son mucho más importantes que los sentimientos de
amistad…
ROBERT GREENE
Pues esta tesis tan razonable no parece compartida por aquellos que
gestionan los recursos humanos en los diversos ámbitos de nuestro país, incluido
el sanitario. Aquí prima el amiguete de la falla, el compañero del partido, el
socio de la cofradía o el hermano miembro de cualquier masonería.
Aquí triunfa el adulador pelota. Y así nos va.
Y si además de amiguete es inútil y pelota, tiene ante sí un futuro esplendoroso no sólo en sanidad si no también en el resto de nuestra administración.
ResponderEliminarComo le digo, así nos va
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